Está Santiago estos días a rebosar de turistas. Se nota que el año santo está a punto de finalizar y que los últimos peregrinos no quieren perder la oportunidad de ganar el jubileo. Viendo todos los que llenábamos sus calles no puedo ni imaginar cuánta gente habría en pleno verano. Una amiga me comentó que había hecho dos horas de cola para subir a abrazar al Santo. Yo tuve más suerte. Tardé, más o menos, un cuarto de hora.
La ciudad está muy guapa, sobre todo viéndola un día en el que lucía un sol radiante. Hacía un poco de frío pero lo combatimos con alegría y un buen caldo gallego. Como en todas las ciudades hay obras por todas las calles y casi nada de aparcamiento, asique toca rascarse el bolsillo y pagar parking.
También nos acercamos hasta Vilagarcía de Arousa. Son unos 50 kilómetros más pero hay que ir hasta allí a ver el convento de las Madres Agustinas Recoletas de Vistalegre que forma parte del pazo de los marqueses de Vilagarcía. En su iglesia se venera a Santa Rita. Mi tía Antonia, madrileña, afincada en Galicia, la tenía mucha fe y yo sigo su estela. Hay que conservar las tradiciones familiares.
Las rejas de sus ventanas siempre me han llamado la atención. Ésta sí que es una buena forma de evitar visitantes no deseados.
Allí mismo está “el montico”. Es un pequeño bosque dentro de la ciudad con árboles curiosísimos y grandes piedras. También han encontrado ruinas romanas. Al fondo se ve el mar. La vegetación es tan tupida y el ambiente tan especial como todo en Galicia. Paseando por él me parecía que en cualquier momento aparecería delante de mí “el bandido Fendetestas” como en el mismísimo bosque animado.
Seguro que conocéis el libro de Wenceslao Fernández Flórez. Si no es así os lo recomiendo. También se puede ver una deliciosa adaptación que hicieron para el cine titulada igualmente “el bosque animado”.
Aproveché para traer eucalipto, grelos y laurel además de la famosa tarta de Santiago de la que no queda ya más que el recuerdo.
Durante el mes de Diciembre se han organizado unos cuantos eventos en nuestro pueblo: conciertos, exposiciones, teatro, presentación de un libro o tardes literarias con varios escritores, se ha estrenado el corto que rodaron en la azucarera, operación kilo, recogida de juguetes, mercadillo solidario, etc...
No he podido dar cuenta de ellos ya que mi ordenador quiso tomarse unas vacaciones. Ahora que ya está de vuelta, quiero dar las gracias a todos los que de una u otra forma nos han hecho pasar unas tardes bien entretenidas.
En el taller de adornos navideños este año aprendimos a hacer distintos árboles de navidad de estilo muy moderno. Estos que se ven son de pita. También hicimos cuadros, bolas y adornos en patchwork sin aguja como los que se ven más arriba. Fue muy interesante y sobre todo divertido.
