El
sábado, 11 de agosto, tuvimos una
reunión familiar en la que, de los 250 miembros que la componemos por parte
materna, nos juntamos 120.
La organizaron dos primos con muchísimo esfuerzo y cariño. Se
merecen todo nuestro reconocimiento ya que han pasado unos meses un poco
estresados esperando que todo saliera bien, como al final así ha sido. Hoy creo que pueden sentirse muy
orgullosos de lo que han conseguido y a la vez supongo que descansarían. Pueden
hacerlo con toda tranquilidad porque todos quedamos contentísimos de esta
divertida experiencia.
Fue un
día genial. Vinieron familiares de distintas provincias, algunas tan lejanas
como Cataluña, País Vasco, Galicia, Madrid, etc… Llegaron los tíos, sobrinos, primos con sus hijos, yernos, nueras y nietos
a los que por supuesto no conocíamos e incluso entre los de la misma edad había
algunos que hacía más de veinte años que no nos encontrábamos. Los tíos de
mayor edad, 89 y 84 años. De ahí para abajo había de todo. Mucha juventud, lo
que también supone alegría y pensar que la saga continuará con ellos.
Lo
celebramos con una emotiva misa rindiendo homenaje a los abuelos, en mi caso ya
bisabuelos, fundadores de esta gran
familia y luego una comida. Además hubo regalos como un CD que uno de los primos nos
entregó con nuestro árbol genealógico, hubo fotografía familiar, charlas sobre los
recuerdos de la infancia y juventud en el pueblo de los abuelos, sobre
los hijos, el trabajo de cada uno, sobre ¡qué bien te veo!, ¡qué guapo/a
estás!, ¡qué ricura de nieto/a!, ¡qué pena que fulanito/a no haya podido venir,
¡qué ganas tenía de veros! etc.
Ahora,
con el buen sabor de boca que nos ha dejado esta reunión, toca disfrutar de
unos días de vacaciones. Cambio de aires, fiestas de San Roque, etc.
Hasta la
vuelta. Espero poder seguir informando sobre las actividades que en nuestra
localidad se llevan a cabo a lo largo de todo el año.
Y de
nuevo, gracias a los primos que han logrado reunirnos y hacernos pasar un día verdaderamente
inolvidable.