Éramos unos pocos, entonces muy jóvenes, a mediados de los años 70, con ganas de pasar un día de juerga y lo pasábamos con los paisanos del pueblo, en la calle o en una pequeña cantina que tenían compartiendo con ellos charla y comida, alegría y cánticos. Ahora me gustaría volver, pero siento que ha cambiado mucho y prefiero quedarme con los hermosos recuerdos que tengo de entonces.
Allá van ahora los políticos a hacerse fotografías y dar, si pueden, algún mitin; allá van los montañeros y senderistas pertrechados con sus mejores galas, no como nosotros que íbamos con zapatillas de esparto o con las chirucas y los pantalones más viejos que tuviéramos ya que con la subida que había cada poco había que tirarse al suelo a reponer fuerzas. Por eso ya no me apetece subir, aunque por otro lado me gustaría comprobar cómo ha cambiado el pueblo y el entorno que desde luego es fantástico.
Creo que la romería ha perdido su identidad, al menos la que tenía por entonces, desde que en el 97 la declarasen fiesta de interés provincial para parecerse a todas las fiestas de todos los pueblos. Me imagino Valdorria lleno de coches, de quads y demás artilugios de cuatro ruedas. El camino a través del monte se habrá cegado por la falta de caminantes que suban por él. ¿O será que con el paso del tiempo tengo yo muy idealizado aquél tiempo, aquéllos amigos y la alegría que reinaba entre todos nosotros?...
Ya por la tarde íbamos hasta el nacimiento de la cascada que llaman "Cola de Caballo". Siempre me dió miedo acercarme allí. Seguramente ahora esté más accesible para los visitantes y no haya tanto peligro en andar por aquellos "andurriales". Todos, o casi todos, los veranos voy a ver su caída, pero no he vuelto a su nacimiento.
Y luego vuelta a coger el tren agotados pero contentos del día tan fantástico que habíamos pasado.
La foto la he tomado prestada de internet. Es el camino hacia la ermita.Su autora es Begoña Sotillos.
Allá van ahora los políticos a hacerse fotografías y dar, si pueden, algún mitin; allá van los montañeros y senderistas pertrechados con sus mejores galas, no como nosotros que íbamos con zapatillas de esparto o con las chirucas y los pantalones más viejos que tuviéramos ya que con la subida que había cada poco había que tirarse al suelo a reponer fuerzas. Por eso ya no me apetece subir, aunque por otro lado me gustaría comprobar cómo ha cambiado el pueblo y el entorno que desde luego es fantástico.
Creo que la romería ha perdido su identidad, al menos la que tenía por entonces, desde que en el 97 la declarasen fiesta de interés provincial para parecerse a todas las fiestas de todos los pueblos. Me imagino Valdorria lleno de coches, de quads y demás artilugios de cuatro ruedas. El camino a través del monte se habrá cegado por la falta de caminantes que suban por él. ¿O será que con el paso del tiempo tengo yo muy idealizado aquél tiempo, aquéllos amigos y la alegría que reinaba entre todos nosotros?...
Ya por la tarde íbamos hasta el nacimiento de la cascada que llaman "Cola de Caballo". Siempre me dió miedo acercarme allí. Seguramente ahora esté más accesible para los visitantes y no haya tanto peligro en andar por aquellos "andurriales". Todos, o casi todos, los veranos voy a ver su caída, pero no he vuelto a su nacimiento.
Y luego vuelta a coger el tren agotados pero contentos del día tan fantástico que habíamos pasado.
La foto la he tomado prestada de internet. Es el camino hacia la ermita.Su autora es Begoña Sotillos.
Ay!!!!!!!!! Yo tambien tengo muy buenos recuerdos de Valdorria, hace ya por lo menos 8 años que no subo, pero lo pasaba fenomenal, pasar alli todo el dia con los coleguis, que tiempos aquellos, un besin y feliz dia de la madre, Nela
ResponderEliminar