A la vuelta de las vacaciones me encuentro con una noticia poco agradable: se cierra la casa que las Hermanas Carmelitas Teresas de San José tenían abierta desde hace más de medio siglo, desde 1949, en Veguellina.
Una casa más que se cierra en el pueblo, unas amigas que se van y lo peor es que lo hacen para no volver, no como las que pasan el invierno en lugares más templados y luego en primavera vuelven. Una comunidad que nació con el espíritu de continuidad pero que la crisis de vocaciones obliga a cerrar ya que con solo dos hermanas no podía mantenerse a flote.
Muchos niños y niñas del pueblo se han educado en este colegio. Todos ellos recuerdan con gran cariño aquella época. Cuando la comunidad cumplió los 50 años en el pueblo, las hicieron un hermoso homenaje y como prueba de ello quedó una placa que está colocada en la fachada de su casa.
En los últimos años se dedicaban a dar un hogar e intentar educar a niños y jóvenes que los servicios sociales de la Junta tenían a su cargo por ser hijos de personas que no podían hacerse cargo de ellos, pero era casi una misión imposible conseguir que obedecieran y se acostumbraran a vivir en una comunidad regida por unas normas. Y eso que ellas intentaban con todas sus fuerzas que el paso por su casa de est@s niñ@s fuese lo más parecido a vivir en una familia.
Todas las hermanas que han pasado por aquí han sido muy apreciadas por el pueblo, ya que su casa siempre estaba abierta para todos. Ellas animaban nuestra pequeña comunidad. En su casa podíamos celebrar reuniones, ensayar el coro de la parroquia, preparaban a l@s niñ@s que iban a hacer la comunión o la confirmación, recogían y repartían ropa entre los necesitados, etc…y sobre todo daban testimonio de vida con las ganas enormes que tenían de anunciar su fe y el evangelio a todos.
Os deseo mucha suerte, hermanas. Que Dios siga guiando vuestros pasos y que no deje abandonado a este pueblo del que os veis obligadas a marchar. Ojalá algún día no muy lejano podamos ver que abre nuevamente vuestra casa que bien podría servir para ofrecer al pueblo infinidad de obras sociales.
Os echaremos mucho de menos.
Vaya es una pena, esta claro que los pueblos grandes o pequeños estan destinados a morir, que sera de este mundo sin poder contar historias de cuando eramos pequeños y casi todos nosotros viviamos en pueblos, ya ves con el tiempo solo se hablara de las ciudades, un besin de tu hermana que lo es, Nela
ResponderEliminarTodo termina siempre dando una vuelta de tuerca afortunadamente y esto terminará dando un giro de 360º.
ResponderEliminarMe alegra tenerte de vuelta a orillas del Órbigo.
Besines, Irma.-
Gracias guapas por vuestra visita. Aún estoy baja de forma, me cuesta empezar el curso. Espero que no dure mucho tiempo y pueda retomar el blog con ganas.
ResponderEliminarBesines a las dos.
aquí,estudie yo,de las épocas,mas bonitas de mi vida! que pena, que lo cierren,yo adoraba este colegio,y mis monjitas,mi educación, se la debo,sobre todo a ellas
ResponderEliminarUna lastima que lo cerraran
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